Con la publicación del Reglamento europeo de protección de datos, se pone fin a la vigencia de la LOPD y del reglamento que la desarrolla, abriendo un nuevo camino para la gestión de la seguridad de los datos de carácter personal.
La Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal (LOPD), se puso en marcha en nuestro país en el año de su publicación, pero como era tan genérica, necesitó de 8 años para disponer de su reglamento de desarrollo (Real Decreto 1720/2007, de 21 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de desarrollo de la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de protección de datos de carácter personal.) y nos ha dado casi once años de estabilidad en una regulación bastante cambiante y con una gestión diaria ciertamente compleja (recordemos la publicación de todo lo relativo a la administración electrónica, los esquemas nacionales, etc.) dada la naturaleza de su regulación.
Pero con la irrupción de este nuevo Reglamento a nivel europeo, de aplicación directa y aplicable a partir del 25 de mayo de 2018, va a cambiar mucho el escenario tanto de organizaciones privadas como públicas.
Existen en la red muchos artículos relativos a este particular, especial consideración tiene el que la Agencia Española de Protección de Datso publicó con el nombre de “El Reglamento de protección de datos en 12 preguntas” y del que se adjunta el enlace.
La nueva norma se muestra como un texto bastante abierto (a pesar de su nombre de reglamento) que regula casi por igual tanto a las empresas privadas como a las organizaciones públicas, dando un margen de maniobra bastante amplio para autogestionar estos temas y siendo muy estricto en otras cuestiones más formales. Pero no me voy a meter en analizar el contenido por la complejidad y extensión del tema.
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